contador de visitas

lunes, 19 de septiembre de 2011

LA SANACION


Se puede curar la enfermedad física, pero si no se han sanado actitudes frente al mundo, no se ha sanado la vida. Se sana la conciencia restableciendo su flujo a través de la vertiente objetiva del cuerpo y la vertiente subjetiva de las emociones y la mente. Se sana la vida cuando conseguimos que el alma tome plena posesión del instrumento de su personalidad y que el hombre actúe en su cuerpo como el alma que es. La sanación es una medicina universal, más subjetiva que objetiva, más en el camino de la conciencia que en el de la ciencia experimental, más cercana a la intuición que al intelecto, más próxima al arte que a la tecnología. Cuando el terapeuta utiliza la totalidad de su instrumento de una manera creativa, y su alma fluye a través de sus manos en la magnetización, a través de todo su campo de energía en la irradiación, a través de imágenes y palabras, de sentimientos y pensamientos; cuando el hombre íntegro fluye como un canal amoroso de la vida, la sanación es posible. Hay  más plenitud de vida, y la vida del paciente adquiere una calidad diferente, aunque la enfermedad física no siempre desaparezca.
La terapéutica busca que el  hombre tenga salud. Pero la salud no se posee como los  bienes  materiales,  ni equivale  a la simple ausencia de una enfermedad física. La salud total es el libre flujo de la vida; no es sólo la ausencia de algo negativo; es el movimiento fluido del ser que somos. Es también fe, confianza, alegría, sentido de la vida. La sanación busca el ser, y, cuando se alcanza la dimensión del ser, no sólo se tiene la salud como una carencia de enfermedad; se es salud.
Cuando el terapeuta no es sólo su memoria, su conocimiento o su experiencia; cuando no es sólo la habilidad de sus manos o la perfección de su tecnología;  cuando la ciencia y el arte se conjugan con el amor y la terapéutica  es el fluir total de la conciencia intencional dirigida a restaurar las relaciones del hombre consigo mismo y su entorno, hablamos de sanación. Si el universo mágico del chamán diera a nuestra ciencia un poco de la frescura y la  transparencia de la intuición, si la rutina fría de la medicina conquistara la magia del ritual, si el intelecto brillante tuviera la fuerza magnética  del sentimiento que nace del corazón, un médico tendría, además de la suya, la eficacia del feliz sanador. Pero no hay que esperar ha ser un médico para ser un sanador. El sanador es cualquier hombre o mujer que sea capaz  de convertirse en un canal inteligente del amor. Para el la oportunidad de sanar ocurre siempre, su consultorio es la tierra. Sus pacientes, flores pájaros, niños, santos o ladrones, todos los que necesitan la energía del amor. Llevar a la conciencia la energía de un mundo  que respira en nosotros y permitir que nuestra energía sea el aliento de la vida en otros, es sanarnos para sanar al mundo.
La sola intención de sanar abre la brecha por donde circula la conciencia de sí, esa forma de conciencia humana que da al hombre la posibilidad de sanar desde toda su vida, con toda su vida. Para que los ojos sean canales del alma, las manos antenas de la conciencia, el cuerpo agente del prana; para que sea verbo la palabra y el intelecto agudo tenga la profunda penetración del amor impersonal. Sanar es una búsqueda del sentido de la vida con todos los sentidos unidos al sentido sintético de la mente, y el sentimiento impersonal del amor.
Fuente: Jorge Carbajal..........Un arte de sanar

No hay comentarios:

Publicar un comentario