Pensando con los pies en la tierra- La Semana Mundial de la Reflexología 2011
El hombre necio busca su felicidad en la distancia, el hombre sabio lo cultiva debajo de sus pies
Amo los pies! No de forma obsesiva, sino fundamentalmente. ¿Qué tienen los pies? La gente pone caras y muestra disgusto cuando se trata el tema de los pies: ¡Yo odio mis pies! ¡Que asco! dice la mayoría. Hablamos de pies y la gente inmediatamente visualiza verrugas, hongos, callos, etc. Sí, de acuerdo, estas cosas no son agradables, pero ¿los pies? Yo tengo una visión diferente, para mí los pies son bonitos, milagrosos y fascinantes.
De acuerdo, podéis pensar esta mujer está obsesionada con los pies, pero dejadme explicar. Yo también sentía como la mayoría de la gente y asociaba los pies con malos olores y otros horrores. En el año 1998 descubrí la Reflexología, en el 2001 acabé mi formación, he asistido a cursos avanzados de reflexología y, desde entonces, los pies me fascinan. Vosotros, que no sabéis muy bien que es la reflexología, podéis pensar que es un masaje de los pies glorificado, por eso os voy a presentar el concepto básico de Reflexología.
Lo que la reflexología pretende es desbloquear aquellos puntos que no permiten fluir nuestra energía y dar vitalidad a estas zonas. Los pies representan todo el cuerpo humano, hay puntos reflejos para cada órgano, así trabajando sobre estos puntos reflejos podemos obtener un efecto terapéutico en todas las áreas del cuerpo. Para un reflexólogo, el pie es una representación anatómica del cuerpo humano en su totalidad, el sistema circulatorio, el respiratorio, el osteoarticular, el urinario, el reproductivo, el digestivo y el endocrino están reflejados. En una primera consulta, el reflexólogo realizará una anamnesis detallando el estado físico, mental y emocional del paciente, considerando factores de la vida cotidiana como la dieta, el sueño, los niveles de energía, etc. y con esta información planeará junto con el cliente el tratamiento. A la hora de aplicar la reflexología, se realiza una presión firme, pero suave, a todos los puntos reflejos de los pies, de acuerdo con las necesidades de cada individuo, para conseguir alivio terapéutico y estimular la autorregulación del organismo. Los reflexólogos pueden discernir muchas cosas a través de los pies: el estado general de salud de la persona, las zonas débiles o bajas en energía, detectar dolencias antes que se hayan manifestado patológicamente, etc. Además hay puntos específicos en los pies que reflejan los chacras del cuerpo, así el pie no sólo refleja el cuerpo físico, sino también el cuerpo energético.
Tiene una antigüedad de más de 4000 años, ya que los egipcios, los chinos y los indios de América fueron los primeros en realizar tratamientos reflexológicos. En el siglo XX, el Dr. Fitzgerald, especialista en otorrinolaringología, investigó el efecto anestésico que veía utilizar durante las cirugías presionando sólo los dedos del paciente, a partir de aquí desarrolló su teoría y en el 1917 escribió, junto con el Dr. E. F. Bowers, el libro Zone therapy. El mapa que utilizamos todos los reflexólogos, lo debemos a la masajista Eunice Ingham, considerada la madre pionera de la Reflexología moderna.
Pero volvamos a los pies: los pies son los más castigados, descuidados y menospreciados de nuestro cuerpos; arrastran el peso de nuestros cuerpos
a lo largo de toda nuestra vida; los ponemos en zapatos incómodos, estrechos, con tacones, etc; les hacemos mil barbaridades. Pero ignoramos que hay más de 7.200 nervios en el pie (así se explica por qué tenemos tantas cosquillas en los pies) y que los pies son nuestra conexión con la tierra. Sabiendo esto, creo que los pies merecerían ser cuidados con más cariño. Muchas veces hemos escuchado expresiones como Tener los pies en la tierra, Espera que aterrizo expresando que la conexión con la tierra nos da base y fundamento; en cambio, comentarios como Estar en las nubes se refieren a gente dispersa. Ser conciente de nuestro sitio en el universo, de nuestra conexión con la realidad nos aterriza y esta conciencia empieza con nuestros pies. Muchos de nosotros sólo somos concientes de nuestros pies cuando nos duelen, pero la mayoría de tiempo los tenemos olvidados y estaría bien que de vez en cuando nos tomáramos tiempo para ser concientes de nuestros pies: sentirlos, notar las superficies por donde caminamos, llevar la conciencia a los pies; es decir, aterrizarnos.
Así la semana del 23al 30de Septiembre, en honor a la Semana Internacional de la Reflexología, cuidad vuestros pies: concertad una a cita con un reflexólogo, poneos crema hidratante, pintad vuestras uñas, pedid a vuestra pareja que os dé un masaje en los pies y, si os sentís generosos, devolvédselo. Cuando mimáis vuestros pies estáis rejuveneciendo vuestro cuerpo, vuestra mente y vuestro espíritu. Lo mejor sería que caminarais en el césped, en la orilla de mar o en un lago. ¡Os sentiréis fenomenal y abriréis vuestra conciencia!
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